Caminaba solo por las viejas calles del centro de la ciudad. Por fortuna aún mantenía las últimas monedas que se transformaron en éste café que degusto.
Jamás me había sentido tan solo y acompañado a la vez. Extraña sensación, debo reconocer.
Un extraño en la ciudad.
Un sabor familiar.
Un idioma desconocido.
Un aroma conocido.
Jamás me había sentido tan triste y feliz a la vez. Extraña contradicción, vale reconocer.
Un extraño palpitar.
Un caminado familiar.
Un sentimiento desconocido.
Un resultado conocido.
Mierda. Prometo no volver a quedarme dormido.
Entre café y buenas noches
Thursday, 21 May 2009 | Posted by diego manzanedo at 14:33
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
3 comments:
Ambiguo. Onírico. Metafórico...Hermoso.
Anda vamos a transformar unas monedas en un aroma conocido...va?
:)
Saludos.
jajajj va que va me parece perfecto!!
saludos
jaja contradicciones y coincidencias...me gusta
Post a Comment